- El enólogo y viticultor Antonio Serrano rescata el alma vinícola de Villarrobledo entre barro, memoria y arqueología emocional a través de tinajas centenarias
Villarrobledo, 13 de mayo – Antonio Serrano Viticultor lleva meses entre antiguas bodegas, algunas casi derruidas, buscando rescatar del olvido y una segura ruina, tinajas centenarias con un valor incalculable para la enología. Como un arqueólogo del vino, busca grandes tinajas de barro fabricadas en su Villarrobledo natal hace más de 100 años con objeto de recuperarlas del abandono para, en un futuro próximo, darles una nueva vida elaborando vinos como hicieran sus abuelos, ambos enólogos.
Antonio Serrano lleva meses entre antiguas bodegas, algunas casi derruidas, buscando rescatar del olvido y una segura ruina, tinajas centenarias con un valor incalculable para la enología. Como un arqueólogo del vino, busca grandes tinajas de barro fabricadas en su Villarrobledo natal hace más de 100 años con objeto de recuperarlas del abandono para, en un futuro próximo, darles una nueva vida elaborando vinos como hicieran sus abuelos, ambos enólogos.
El enólogo y viticultor Antonio Serrano rescata el alma vinícola de Villarrobledo a través de la recuperación de este tipo de envases
Hoy, ese vínculo con el barro no es solo memoria: es presente. Antonio Serrano elabora ya varios de sus vinos en tinajas, como Airén Las Marianas, Cerro Pasaconsol y Etiqueta Negra, recuperando así una forma de vinificación ancestral que aporta pureza, textura y autenticidad. Su trabajo demuestra que tradición y técnicas actuales de elaboración no son opuestas, sino aliadas en la búsqueda de identidad.
Esta iniciativa no solo preserva técnicas casi desaparecidas, sino que también pone en valor la riqueza cultural y material de Villarrobledo, territorio de alfareros y viticultores. El barro, lejos de ser pasado, se convierte aquí en futuro.
ARQUEOLOGÍA EMOCIONAL EN EL VINO RESCATANDO TINAJAS DE BARRO – VINOTICIAS.ES